Un pasaporte hacia la vida eterna
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve a Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Cristo es el pasaporte hacia la vida eterna. No es Mahoma, no es Buda, no es María la que en esta tierra fue la madre de Jesús, nuestro Señor, y ninguno de los apóstoles. La Biblia es clara cuando dice en el libro de Hechos 4:12 “Y en ningún otro hay Salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvo”
Amigo(a) lector(a), no puedes dejar esta vida sin este pasaporte. La eternidad nos espera. El cielo es real y el infierno también es real. La vida del ser humano no termina en un cementerio como muchos suponen, hay una vida gloriosa para los que depositan su confianza en Jesucristo. Hoy estamos demasiado afanados en las cosas temporales de esta vida y nos hemos olvidado que hay una eternidad que nos espera. La vida en esta tierra es corta y aquí decidimos donde pasaremos la eternidad; si en el Cielo o en el Infierno, tú decides.
En el evangelio de Lucas (12:16-20) Jesús nos enseña: la heredad de un hombre rico había producido mucho y él pensaba dentro de sí diciendo ¿Qué haré? porque no tengo donde guardar mis frutos. Dijo: esto haré, derribaré mis graneros y los edificaré mayores y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: “muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate”, pero Dios le dijo: “necio, esta noche vienen a pedirte tu alma, y lo que has provisto ¿De quién será?”. Como dice en otra parte de las Escrituras “Porque ¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?”
Estimado(a) lector(a), hay un pasaporte esperando por ti. Cristo pagó el precio por nosotros en la Cruz del calvario y para que en Él tuviéramos la Vida Eterna. Pero no será válido este pasaporte en tu vida si no lo haces efectivo como lo enseña la Biblia en el libro de Romanos 10:9-10 “Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación”
Dios les bendiga.
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